A vueltas con el "apropiacionismo" en el arte y la cultura, nos hemos encontrado con Álvaro Barrios (Cartagena de Indias, 1945). Este verano se puede disfrutar de una pieza, un cuadro de este pintor y dibujante colombiano en la galería Fernando Pradilla de Madrid, dentro de una exposición colectiva dedicada al color en el arte contemporáneo.
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Buscando un Rembrandt, 2009 |
Tintin y el buque fantasma, 2010 |
Los días más felices de Superman, 1966 |
Los diálogos de amor de la Señora Boom I y II, 1967 |
De la biografía que encontramos en su página web, destacamos algunas revelaciones de su propia voz:
"Mi infancia pasa en una Barranquilla que se mueve en contra vía del tiempo, y en la que no había afán para nada […] yo dibujaba todo lo que veía en la calle, desde mi centro de observación que era la terraza de mi casa: las cosas, la gente, los automóviles… y a todo le ponía palomas. Seguí dibujando, dibujando. Mis cuadernos de geografía, historia, matemáticas, tenían una página de tarea y otra de dibujo, y esa fue una constante, incluso hasta la universidad. Y es que mi vida se iba nutriendo de fantasía, producto de los libros de los Hermanos Grimm, y de las tiras cómicas que devoraba una tras otra.
(...)
En 1965 yo estaba interesado especialmente en el sentido de nostalgia que me transmitían las tiras cómicas y fue entonces cuando realicé mis primeros collages con imágenes del mundo de Dick Tracy, pasión que algunos atribuyeron al “espíritu de la época” que en aquellos días se llamaba pop art. Realmente se trataba de la prolongación de una infancia durante la cual seleccioné unas doscientas aventuras recortadas de los diarios, reunidas en forma de rollos, numeradas, fechadas y coloreadas a mano. Yo me dedicaba a trasladar un tipo de arte a otro, pues evidentemente las tiras cómicas, “el gran arte del futuro”, como las llamó Alejandro Jodorowsky, daban a mis dibujos una atmósfera que me llenaba plenamente, de manera que no era importante para mí dar explicación demasiado profunda de esos trabajos»"